Cuando Rocío y Jacobo se conocieron, lo hicieron para no separarse jamás. De esas parejas que están hechos el uno para el otro, a pesar de ser tan diferentes; de esto que empieza quedando con amigos comunes para darse cuenta pronto que están mejor cuando están juntos. «Con ella puedo estar las 24 horas y no me canso… así me di cuenta de que era ella y eso es lo que me hace dar el paso», nos confesaba Jacobo.
Y de ahí a poner fecha de boda. Fue el 10 de junio, en la Basílica del Santísimo Cristo de la Expiración, más conocida como la Capilla del Cachorro, en Triana, y la celebración en la Hacienda Atalaya Alta.
Rocío tenía muy claro desde el principio el tipo de vestido que buscaba, que fuera sencillo pero a la vez con un toque especial, por eso, se decantó por Fernando Claro Costura. Como complementos, una tiara de Rubin de Celis, zapatos en ante rosa y tacón glitter de Uniqshoes y pendientes de Joyería Chico, de Sevilla.
El ramo, con unas preciosas peonías, combinadas con otras variedades en el mismo tono, de la floristería D-Tallo Flores. Del maquillaje se encargó Marina Rodríguez (@mariarodrigezg) y del peinado José A. Guerrero, de Dinte Peluquería Estudio.
Jacobo llevaba chaqué realizado por un sastre de San Fernando (Cádiz), gemelos de Deakin&Francis, de la Joyería Chico, con camisa y tirantes de Javier Sobrino Camisería.
Las fotos, a cargo de Kunydiamond Studio, y el video, del que podéis ver el resumen, lo realizamos el Equipo Cocatoo.
De Rocío y Jacobo nos quedamos con lo bien que lo pasamos en la boda, por las confidencias los días previos (esa preboda) y por ese detalle tan maravilloso que encontramos en nuestra mesa al sentarnos en la cena (que sepáis que nos emocionó muchísimo). Gracias por contar con nosotros para conservar en imágenes uno de los días más especiales de vuestras vidas. ¡Felicidades pareja!
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